El 29 de mayo de 1969 las centrales obreras y estudiantiles de Córdoba protagonizaron una de las movilizaciones más recordadas de nuestro país. Pero también vale recordar las violentas amenazas y represión que esta sufrió por parte de la dictadura de Onganía en la previa, durante y después, pagando con muertos, heridos y detenidos este atrevimiento al poder conocido como el “cordobazo”.
Los trabajadores cordobeses veían como sus conquistas laborales eran destruidas sistemáticamente y decidieron poner un freno, sin importar el costo que podían pagar por ello.
El 30 de abril de 1977 un grupo de madres que desconocían el paradero de sus hijos, decidieron acercarse a la Plaza de Mayo para reclamar por sus hijos que se encontraban desaparecidos. Muchísimas personas les dijeron que no era seguro, que los milicos eran bravos y que se ponían en peligro. Y era verdad, de hecho, varias de ellas hoy continúan desaparecidas. Pero también, hoy esos milicos están presos y las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo son una bandera para toda la Argentina y el mundo.
El 19 de diciembre de 2001, tras una serie de saqueos en el marco de una crítica situación económica, el presidente Fernando De La Rúa realizó una cadena nacional para anunciar el estado de sitio: estaba prohibido en todo el territorio nacional hacer reuniones públicas y movilizaciones políticas. ¿Qué hizo la gente? Salió a la calle. Y tanto salió a la calle que desbordó todas las ciudades y esa misma noche el ministro de economía, Domingo Cavallo, renunció. Un día más tarde, lo hizo el presidente de la nación.
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¿Se imaginan qué podría haber sido hoy de nuestro país sin toda esta gente?
¿Qué sería hoy la Argentina si aquellos trabajadores del 45 se hubiesen quedado en su casa esperando que la interna del gobierno se resuelva sola a favor de Perón?
¿Cuánto hubiera durado la dictadura de Onganía si los obreros y estudiantes cordobeses hubiesen escuchado las amenazas del gobierno?
¿Cuántos genocidas hoy estarían en libertad si aquellas madres de la plaza hubiesen esperado a que “la dictadura se desgaste”, que “caiga por su propio peso”?
¿Que sería de nosotros, si aquella noche del 19 de diciembre del 2001 nos hubiésemos quedado todos en nuestras casas obedeciendo las palabras de un presidente que estaba condenando al hambre a millones de argentinos?
¿Cuántas charlas habrán existido todos aquellos días donde se debatía “si ir o no ir”, si “sirve salir a la calle”, si no es “mejor esperar”, si “para que vas a ir si total no cambia nada uno más”, si “por una movilización no va a cambiar nada”?
Y quizás, quizás, tengan razón: tal vez no era el mejor momento, tal vez era peligroso, tal vez era solo un acto de voluntarismo que se iba a ahogar en el olvido de la historia, y quizás, una persona más o menos, seguramente, no cambiaba nada.
Pero por suerte, esos días, en esos momentos, esa gente entendió que no podía seguir especulando, que tal vez caiga en saco roto su esfuerzo, pero que lo último que podía hacer era no hacer nada, y gracias a esas millones de personas que dejaron de lado especulaciones y pusieron aunque sea lo poco que tenían para aportar, que era su expresión de bronca en la calle, se pudo en muchos casos cambiar el rumbo de la historia.
Sin dudas hay una trampa acá, y es que hice un recorte favorable, donde elegí casos -entre comillas-, “exitosos”, donde esa movilización dió sus frutos y lograron torcer, aunque sea un poco, al poder.
Desde ya, existieron miles, muchas más, de acciones que quedaron aisladas, deslegitimadas, que fracasaron y que no pudieron torcer en nada al poder.
Pero si no fuese por esas miles y miles de veces que tanta gente anónima puso su cuerpo para decir que algo no iba más y que no se podría dejar de lado la injusticia es que esas otras veces que sí recordamos existieron.
¿O acaso creemos en la generación espontánea?
Por eso, hoy estamos contentos, porque aunque todo siga cuesta abajo y aún no podamos ver un freno a la destrucción que estamos sufriendo, ayer vimos como una multitud nunca vista dejó de esperar a que las cosas las acomode otro para decir que esto no va más, que la educación en la argentina es pública y de calidad, y que no importa si solo van 1, 10 o 100 días de gobierno, que no importa si sacó el 3, el 20 el 56 o el 99% de los votos, que hay cosas que están mal y cuando algo está mal hay que hacer todo lo posible por frenarlo.
Quizás la movilización de ayer, 23 de abril del año 2024, quede solo como un recuerdo de que un millón de personas colapsaron la ciudad de Buenos Aires, así como lo mismo ocurrió en todo el país, y no logremos frenar nada, pero por lo menos sabemos que estamos de pié y que no vamos a esperar que nadie resuelva nada por nosotros.
Esto es Ciencia del Fin del Mundo.
Notas | Sobre la marcha del 23 de abril
Sobre la marcha del 23 de abril
El 17 de octubre de 1945 millones de obreros se movilizaron hacia la Plaza de Mayo desde todo el conurbano bonaerense para pedir por la liberación del entonces Coronel Perón. Lo que pocos recuerdan hoy es que la CGT, que obviamente terminó acompañando, había convocado a un paro y movilización para el día siguiente, el 18. Pero muchos sintieron que la situación no podía esperar ni un día más, que no había tiempo para especular, y saltando las directivas se adelantaron a actuar.

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Nos ayuda un montón cuando le cuentan a alguien que existimos y que hacemos estas cosas.
¡Gracias por ser genial!
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