Definiciones y primeros pasos
La aversión a la inequidad es una respuesta en la que un individuo, humano o no humano, rechaza una recompensa si percibe que la distribución es desigual. Es decir, prefiere no recibir nada antes que aceptar una situación en la que otro, que hizo lo mismo, recibe más. Se distinguen dos formas de esta aversión: la desventajosa, cuando es uno quien recibe menos que otro, y la ventajosa, cuando se recibe más y, por contraste con otro que recibió menos, nos incomoda.
Este fenómeno se consideraba exclusivo de los humanos, hasta que un experimento hecho con monos capuchinos en 2003 lo cambió todo. En ese estudio, los animales tenían que entregar una ficha a una experimentadora para recibir comida. Si ambos recibían trozos de pepino, lo aceptaban sin problema. Pero si uno recibía uvas —mucho más ricas— y el otro seguía recibiendo pepino por el mismo esfuerzo, este último dejaba de cooperar: se negaba a entregar la ficha, rechazaba el alimento y hasta desplegaba conductas de pedido o amenazantes a la experimentadora. En el contexto de estos estudios, tales reacciones comportamentales se interpretan como una respuesta negativa ante la inequidad (1).
A partir de allí, surgió una línea de investigación que mostró que esta sensibilidad no se limita a los capuchinos. También se han encontrado respuestas similares en chimpancés, bonobos, gorilas, monos rhesus, babuinos, cuervos, urracas, ratas y hasta peces limpiadores (2). Es decir, en especies muy distintas entre sí, pero con algo -clave- en común: estructuras sociales donde la cooperación tiene un rol importante, ya sea que esa cooperación sea con congéneres o con otras especies (2, 3).
Un equipo de investigadoras en Viena, Austria evaluó si perros y lobos mostraban distintos patrones de aversión a la inequidad. Concluyeron que la domesticación no parece jugar un rol en esta capacidad, ya que ambas especies reaccionaron de forma similar (4).
Justamente por esto último, los perros despertaron especial interés. No solo viven en grupos sociales, sino que han coevolucionado con los humanos, estableciendo un vínculo de cooperación entre especies que es bastante particular. En estudios donde se les pedía dar la pata a cambio de comida, se observó que tanto perros como lobos dejaban de cooperar cuando uno era recompensado y el otro no. Pero si ambos recibían algo —aunque uno obtuviera pan y el otro salchicha— la cooperación se mantenía. Esto sugiere que lo que genera el rechazo en estas especies no es la diferencia en la calidad del premio (como pasaba con los pepinos y las uvas), sino el hecho de ser excluido de la recompensa (2). El hecho de que los lobos, no domesticados, también respondan a estas situaciones, sugiere que esta sensibilidad no es producto de la domesticación, sino que podría estar presente en sus ancestros sociales comunes (4).
Che, ¿Y el de las uvas, qué onda?
La aversión ventajosa —es decir, sentir incomodidad cuando uno recibe más— es menos común y más difícil de interpretar. Sin embargo, se han observado algunos indicios en chimpancés, monos capuchinos y babuinos (2, 3). En estos casos, los animales podían elegir entre dos fichas: una hacía que tanto ellos mismos como un compañero reciban comida (opción equitativa), mientras que la otra solo les daba el beneficio a ellos (opción desigual). En algunos ensayos, los animales mostraron preferencia por la opción justa, incluso cuando no implicaba perder nada. Esto se ha interpretado como una posible señal de sensibilidad social, aunque también podrían estar influyendo otros factores, como evitar conflictos o mantener buenas relaciones.
Ahora bien, ¿por qué un animal tendría registro de una situación desigual y reaccionaría negativamente o buscaría evitarla?
Algunas ideas
Hay varias hipótesis propuestas para explicar la aversión a la inequidad (5). Una de ellas sostiene que estas respuestas favorecen la cooperación a largo plazo: si un individuo detecta que siempre recibe menos, puede dejar de colaborar con otro. Reaccionar ante una distribución desigual ayudaría a evitar ser explotado. Otra hipótesis propone que se trata de una forma de frustración por comparación: no se trata tanto de lo que uno recibe, sino de lo que recibe en relación al otro. También se plantea que los animales usan como referencia lo que obtienen los demás para evaluar su propio resultado.
Estas explicaciones no son mutuamente excluyentes, y probablemente interactúan. Lo importante es que ambas apuntan a lo mismo: estas respuestas tienen una función adaptativa ya que permiten mantener relaciones cooperativas equilibradas, especialmente entre individuos no emparentados, donde no hay beneficios directos por parentesco.
Tal vez sea pronto para concluir que otros animales tienen un sentido moral de la justicia como los humanos. Sin embargo, sí parece haber mecanismos conductuales y emocionales que los llevan a rechazar interacciones desiguales. Y eso sólo ya tiene implicancias profundas: sugiere que ciertas bases de lo que llamamos “equidad” podrían tener raíces evolutivas compartidas.
En lugar de ver la justicia como un invento exclusivamente humano, podríamos empezar a pensarla como una sensibilidad social básica, que emerge cuando vivir y cooperar con otros es necesario para sobrevivir y prosperar. Una sensibilidad que, en algunas especies, ha alcanzado formas complejas, pero que parece haber comenzado mucho antes de que existieran leyes, contratos, la Revolución Francesa o palabras como “justo” e “injusto”.
Referencias:
- Brosnan, S. F., & De Waal, F. B. (2003). Monkeys reject unequal pay. Nature, 425(6955), 297-299. https://doi.org/10.1038/nature01963
- McGetrick, J., & Range, F. (2018). Inequity aversion in dogs: a review. Learning & Behavior, 46, 479-500.https://doi.org/10.3758/s13420-018-0338-x
- Brosnan SF. Justice- and fairness-related behaviors in nonhuman primates. Proc Natl Acad Sci U S A. 2013 Jun 18;110 Suppl 2(Suppl 2):10416-23. https://www.doi.org/10.1073/pnas.1301194110
- Essler, J. L., Marshall-Pescini, S., & Range, F. (2017). Domestication does not explain the presence of inequity aversion in dogs. Current Biology, 27(12), 1861-1865. https://doi.org/10.1016/j.cub.2017.05.061
- Oberliessen, L., & Kalenscher, T. (2019). Social and non-social mechanisms of inequity aversion in non-human animals. Frontiers in Behavioral Neuroscience, 13, 133. https://doi.org/10.3389/fnbeh.2019.00133