Notas | La cebra y la leona

La cebra y la leona

Suelo pensar mucho en las cebras y eso que creo que nunca vi ninguna, tal vez en Temaiken, pero ahora no me acuerdo.

El punto es que la cebra es un poco el fetiche de los documentales de animales cazadores. Creo que sobre todo por una decisión artística, la cebra tratando de escaparse de la leona, la leona atacando, corriendo y la cebra finalmente cayendo a sus garras, mucha sangre y todo un sistema de otros animales que se alimentan de lo que dejan los leones que, creo con justicia, comen primero. 

Comparando a los dos animales, es decir, la cebra y el león, es obvio que la cebra pierde en la lucha, tiene todas las de perder y en general pierde. Sin embargo, no es gratis para la leona, una cebra pesa alrededor de 400 kilos, tiene muchísima fuerza, corre muy rápido y no es que se deja morir y ya, pelea bastante por su vida. 

Las leonas, a lo largo de su vida, van acumulando heridas, después de un tiempo las hembras más jóvenes de la manada pasan a ser las encargadas de cazar y se reinicia el ciclo.

En los últimos días, nos enteramos de varias cosas:

Por un lado, la comisión nacional de inmunizaciones había recomendado al gobierno nacional comenzar una campaña de vacunación para el dengue, enfermedad que está en este momento atravesando la epidemia más grande de la historia, sobre respecto a los fallecimientos y los casos graves de la enfermedad. A pesar de ello, el gobierno decidió, con argumentos falsos y en contra de las recomendaciones, no hacer nada. Pero nada, ni campaña de prevención, ni spots. A través del vocero dijeron que la vacunación no tenía sentido porque no era efectiva para contener el brote.

Por otra parte, hace algunos días se otorgaron la menor cantidad de becas del CONICET en 20 años, el golpe más fuerte al sistema científico que podamos imaginar.

—Y quizás lo más doloroso, en estos días que rondan la finalización de los contratos que habían sido extendidos hasta fines de marzo, decenas de miles de compañeros trabajadores estatales fichan con mucho miedo sin saber si tienen trabajo o si fueron despedidos porque sí. 

Es terrible, es con una saña que no se puede explicar. Ni en la peor empresa tratan así a los trabajadores despedidos. Evidentemente hay disfrute ahí. 

Mientras, anuncian que le cambian de nombre a las cosas. Con saña. Cosas que ellos jamás construirían.

Podría seguir, pero creo que se entiende el concepto. 

Hace unos días la Universidad de Buenos Aires difundió un video hablando del prestigio de la Universidad, totalmente cierto y cerraba con la frase “cuidemos lo que funciona”. Lo vi replicado por cientos de personas, pero yo me quedé analizando o sobreanalizándolo. Es que estaba muy cerca de la fecha límite para presentar un subsidio para investigación de la agencia de promoción científica, organismo que hoy está acéfalo y que aún no entregó los dictámenes del año pasado. Es decir, estaba haciendo algo que probablemente sea al pedo y mi cerebro se puso a sobreanalizar un spot.

Pero me quedé pensando “¿y lo que no funciona?”. ¿Sólo la UBA tenemos que defender?

Yo estudié y doy clases en la UBA, pero también en una Universidad del conurbano y siento que la segunda es la que más impacto social tiene, es raro ver en la UBA a pibes y pibas de barrios vulnerables estudiando ahí mientras que en el conurbano la proporción de primeras generaciones de universitarios es alucinante. 

Viendo al sistema universitario siendo atacado con la misma saña con la que despiden trabajadores, porque sí, siento más que nunca que tenemos que defender a las universidades más nuevas, que son mucho más vulnerables que las que tienen cientos de años, que las “que funcionan” como dice el spot. Igual el spot está bueno y no soy quién para juzgarlo, pero me quedé pensando.

Al final presenté el subsidio, probablemente no salga o no haya sistema científico para ejecutarlo. Lo gracioso es que mientras escribo esto, a dos horas del cierre de la convocatoria, la prorrogaron un mes sin dar mucha explicación. 

Pero de lo que sí estoy seguro es que esto va a terminar. La leona no mata a la cebra porque sí, lo hace para comer, sin saña. 

Aún así, cada vez que lo hace se va desgastando hasta no poder cazar más, imagínense si además la leona lo hiciera por mala, con saña, solo para hacer sufrir a la cebra. No tengo dudas de que la hegemonía de la leona duraría muchísimo menos. 

Igual no sirven las analogías con animales, ya lo sabemos.

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