Notas | 10 de julio – Independencia

10 de julio – Independencia

Lo que sucedió el 9 de julio del año 1816 es un hecho tan fundamental de la historia argentina, así como poco claro para la mayor parte de la gente. Si bien está de más decir que ese día se firmó el acto de la independencia, no es menor pensar ni quienes declararon esa independencia ni qué significaba ello.

Tras la Revolución de Mayo de 1810, una ola revolucionaria, con formas muy variadas, pero con un claro enfrentamiento con el gobierno español, recorrió todo el continente americano.
Pero claro, en ese momento, el rey de España, Fernando VII no estaba y era más sencillo diferenciarse de las autoridades que hablaban en su nombre. Pero desde que en 1814 los españoles expulsaron a las tropas napoleónicas y Fernando volvió al poder, las cosas se complicaron bastante.
Si bien muchos de los revolucionarios de Mayo y de todo el continente luchaban en nombre del rey, este no les creyó y no reconoció a ningún gobierno de los formados, declarándose la guerra y buscando restituir su viejo poder absoluto.

En ese contexto, con un avance de los realistas, las Provincias Unidas del Sur emergían como el territorio libre del continente de la corona española. Así, rodeados y en una situación más que compleja al interior, con una fuerte disputa con el sector artiguista, que no participó de la firma, decidieron declarar la independencia, incluso siendo uno de los gobiernos más conservadores que hubo en el Río de la Plata desde Mayo hasta esa fecha.

Porque, a veces, hay procesos que exceden a sus dirigentes. Y la revolución y la causa de los pueblos americanos —porque aún no existía ningún país llamado argentina- era más fuerte que un grupo de especuladores de la política.

131 años más tarde, el entonces presidente, el General Perón, declaraba lo que buscaba completar una verdadera independencia: LA INDEPENDENCIA ECONÓMICA; también un 9 de Julio en Tucumán.
Allí Perón leyó, entre otras estas palabras:

«Nos, los representantes del pueblo y del gobierno de la República Argentina, reunidos en Congreso Abierto a la voluntad nacional, invocando la Divina Providencia, en el nombre y por la autoridad del pueblo que representamos, declaramos solemnemente a la faz de la tierra la justicia en que fundan su decisión, los pueblos y los gobiernos de las provincias y territorios argentinos, de romper los vínculos dominadores del capitalismo foráneo enclavado en el país y recuperar los derechos al gobierno propio de las fuentes económicas nacionales. La Nación alcanza su libertad económica para quedar, en consecuencia, de hecho y de derecho, con el amplio y pleno poder para darse las formas que exijan la justicia y la economía universal, en defensa de la solidaridad humana.»

Se entendía, algo que en la década del 70´ volvería a ser bandera, que sin una verdadera emancipación económica, la independencia política era una causa inconclusa.

Ayer, 9 de julio de 2024, a 208 años de la declaración de la independencia en Tucumán y a 77 años de la declaración de la independencia económica expresada por el General Perón, el actual presidente de la nación, Javier Milei, junto a un grupo de gobernadores y dirigentes políticos, decretaron el acta de la dependencia. Sí, porque en esa acta ilegible, en el medio de ese show patético, lo que se firmó, claro que en términos simbólicos, pero ratificado en las medidas del gobierno y la Ley Bases aprobada por el congreso, es un acta de entrega total del país. De nuestros recursos, de nuestras riquezas, del conocimiento de nuestros hombres y mujeres, de nuestra economía, de todo.

Para colmo, un día más tarde, se organizó un show ridículo: el desfile militar más grande desde la vuelta de la democracia en nuestro país. Tan ridículo que ayer, me desperté escuchando a más de 20 aviones militares pasando por encima de donde estamos grabando hoy este programa, en una ubicación clandestina (?
El mismo tipo que dice que su ídola es Margaret Thatcher convocó a excombatientes de Malvinas, y entre ellos a muchos acusados de torturar a sus subordinados. También ese mismo tipo que le regaló a cambio de nada una base marítima al ejército norteamericano en Tierra del Fuego, convoca a una fuerza en la cual solo ve un arma represiva y no una herramienta de soberanía, como sí supieron entender otros militares, como San Martín en 1816 o Perón en 1947.

Noches, esto es CFM.

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